Los ovetenses plantaron cara pero notaron en exceso las bajas y los avilesinos impusieron el ritmo que más les convenía.
El Toscaf dio un paso de gigante hacia la tranquilidad tras imponerse al Base Oviedo en un típico partido de rivalidad, muy trabado y disputado en la cancha, pero poco vistoso para el público y con abundantes imprecisiones. Los seis goles de diferencia dan a los avilesinos ventaja en el «gol average» en caso de empate, ya que en Oviedo perdieron de tres goles.
Los locales empezaron muy fríos, con pérdidas de balones fáciles y fallos en ataque que les impidieron marcharse en el marcador hasta mediados de la segunda parte. El Base se mantuvo en el partido a base de coraje y de una insistente defensa sobre los tiradores del Toscaf, pero notó en exceso las cuatro bajas de jugadores importantes y cedieron terreno en el último tramo. El técnico local, Juan Muñiz, reconoció que jugaron con las bajas del rival. «Sabíamos que lo iban a notar e impusimos el ritmo que nos convenía», comentó.

Los locales empezaron muy fríos, con pérdidas de balones fáciles y fallos en ataque que les impidieron marcharse en el marcador hasta mediados de la segunda parte. El Base se mantuvo en el partido a base de coraje y de una insistente defensa sobre los tiradores del Toscaf, pero notó en exceso las cuatro bajas de jugadores importantes y cedieron terreno en el último tramo. El técnico local, Juan Muñiz, reconoció que jugaron con las bajas del rival. «Sabíamos que lo iban a notar e impusimos el ritmo que nos convenía», comentó.
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